Una mirada al edificio del futuro
Estructura flexible

Recursos sostenibles
Los componentes fotovoltaicos de las superficies permitirán la producción y almacenamiento de energía. Esta será transportada por medio de sistemas verticales y será distribuida por todo el edificio. Se producirá biocombustibles de algas y turbinas eólicas podrán crear agua potable a partir de aire húmedo. El agua será recolectada y reciclada mientras que filtros y superficies purificarán el aire. Los espacios verdes que poblarán el edificio se convertirán en refugios biodiversos de distintas especies de plantas, aves e insectos.
Fachadas reactivas

Gracias a la nanotecnología, la pintura será fotovoltaica y estará ampliamente difundida, abriendo una nueva posibilidad para la utilización y almacenamiento de la energía del sol. La producción de biocombustibles de algas podrá ser utilizada como fuente para medios de transporte, mientras las ventanas recuperadoras de calor con ventilación natural moverán el aire hacia arriba y hacia abajo, interceptando el calor que usualmente se pierde en sistemas normales de ventilación. La nanotecnología aplicada a las fachadas también permitirá la neutralización de partículas contaminantes, capturando el CO2 y generando aire limpio a su alrededor. Por su parte, la sensitiva membrana del edificio reaccionará ante factores como los cambios de temperatura, patrones del viento, humedad atmosférica y luz solar con el fin de generar las mejores condiciones para los habitantes y producir la mayor cantidad de energía.
Integración comunitaria
El edificio del 2050 estará completamente integrado con la infraestructura urbana a su alrededor. Estos vincularán diferentes redes de transporte, generarán espacios verdes y fomentarán comportamientos ecológicos, convirtiéndose en partes fundamentales de las comunidades, redefiniendo los conceptos de urbanismo y naturaleza.
A la vez, las viviendas serán parte de densas zonas organizadas con condiciones específicas. Estas tendrán un papel importante en el contexto de la sociedad, generando un ambiente de cambio constante sin generar traumatismos. En el edificio, la localización de instalaciones para fabricación de elementos personalizados será algo común, y los materiales base serán elementos reciclados de la basura generada en el mismo edificio, evitando el desperdicio innecesario y la necesidad de transportar materiales desde y hacia otros sitios, pues todo se producirá internamente.
Sistemas inteligentes
Las redes de comunicaciones estarán ampliamente difundidas en las ciudades del futuro y el sistema estará regulado dentro de cada edificio, siendo este capaz de gestionar los recursos y la información de su entorno para aprovecharlos al máximo. Por medio de datos como consumo de energía, transporte, condiciones climáticas y hasta el nivel de ocupación, el edificio podrá calcular las mejores decisiones para no dejar al azar el uso de recursos, Así, este podrá crear las condiciones climáticas y energéticas propicias para cada persona.
Los sistemas del edificio podrán monitorear la reflectividad, la absorción y el balance de calor, minimizando las consecuencias del efecto de isla de calor. Los espacios interiores podrán ser completamente personalizables, y podrán ser adecuados a discreción según los requerimientos climáticos y acústicos del habitante. Sensores y tecnología OLED permitirán iluminar superficies completas. Además, con la habilidad de absorber luz solar, la tecnología evitará el uso cualquier fuente de luz artificial, dejando el uso de energía producida relegado a otros aspectos de la vida en la ciudad.
En ese entonces, los edificios no solo serán lugares donde habite la gente, sino básicamente entornos complejos, casi como seres vivos parte de un organismo aún mayor: la ciudad. Estos promoverán valores y conductas ecológicas, generarán recursos, mejorarán las condiciones de su entorno y se adaptarán a los cambios, convirtiéndolos en estructuras fundamentales para la sociedad, no solo encargadas de proveer refugio sino de cohabitar en armonía con humanos y otros seres vivos.
Imágenes por Arup