¿Son las emisiones de CO2 buenas para los bosques?

El dióxido de carbono (CO2) es una de las moléculas que conforman la atmósfera y es parte esencial del metabolismo de las plantas; estas lo absorben y lo utilizan para realizar la fotosíntesis, convirtiéndolo en alimento (azúcares), y liberando el oxigeno a la atmósfera.

Sin embargo, en los últimos años, la quema de combustibles fósiles ha hecho que se encuentre en exceso en el ambiente, formando un manto sobre la superficie de la tierra y atrapando el calor, generando el llamado efecto invernadero.

En el 2011, dos estudios publicados en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS) llamados, uno sobre el efecto del aumento global del CO2 en la vegetación de Florida y otro sobre los efectos del mismo en la vegetación subtropical concluyeron que los altos niveles de CO2 reducían en un 34% la densidad de los poros que permiten a las plantas respirar (llamados estomas), restringiendo la cantidad de vapor de agua que las plantas liberan a la atmósfera, lo que podía ocasionar ambientes más secos pues las plantas dejarían de transpirar agua, rompiendo parte del ciclo hidrológico, lo que podría resultar en disminución de lluvias.
Pero ¿podría el CO2 tener algún beneficio para los ecosistemas? Un estudio publicado en la revista Nature mostró que las investigaciones realizadas por el equipo de Trevor Keenan (Investigador asociado) y Andrew Richardson, profesor asistente de biología evolutiva y organísmica, en colaboración con investigadores del Departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias de la Universidad de Harvard, el Servicio Forestal de Estados Unidos, la Universidad Estatal de Ohio, la Universidad de Indiana y el Instituto de Tecnología de Karlsruhe en Alemania, han encontrado que los bosques de todo el mundo, en las últimas dos décadas, son cada vez más eficientes en la forma en que utilizan el agua, incitados por los crecientes niveles de CO2 en la atmósfera.
¿Cómo es posible que el aumento de los niveles de CO2 conduzca a un uso más eficiente del agua? La respuesta, según Keenan, uno de los autores del artículo, está en la manera en que se lleva a cabo la fotosíntesis.
Para poder absorber el CO2, las plantas necesitan de los estomas; cuando el CO2 entra, ese el vapor de agua escapa, por lo que altos niveles de CO2 hacen que los estomas no se abran ampliamente, haciendo que el agua sea retenida por la planta y acelerando su crecimiento. Un ejemplo de esto se puede apreciar en los invernaderos, donde se utilizan bombas de CO2 para promover el crecimiento de las plantas.
Para probar si el efecto de la “fertilización con CO2″ también se llevaba a cabo en los bosques, bien sean tropicales o templados, Keenan, Richardson y otros recurrieron a los datos registrados por más de 20 años en los Bosques de Harvard, medidos mediante una técnica llamada Covarianza Eddy.
Este método se basa en montar sofisticados instrumentos en torres que se alzan por encima de la cubierta forestal, permitiendo a los investigadores determinar la cantidad de dióxido de carbono y agua que entra o sale del ecosistema.
Aunque han sido instaladas más de 300 torres en todo el mundo, la gran mayoria de ellas (y por lo tanto, el registro de datos más extenso), se encuentran en el noreste de Estados Unidos.
Cuando Keenan, Richardson y sus colegas comenzaron a examinar los registros, encontraron que los bosques estaban almacenando más carbono y eran más eficientes en la forma en que utilizan el agua. Sin embargo, el fenómeno no se limita a una sola región; cuando examinaron los conjuntos de datos obtenidos desde hace tiempo en todo el mundo, la tendencia era la misma.

Hemos pasado por todas las posibles hipótesis de lo que podría estar pasando, y en última instancia lo que nos queda es que el único fenómeno que podría causar este tipo de cambio en la eficiencia del uso del agua es el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera, dijo Keenan.

Keenan afirmó que «esto podría ser considerado un efecto beneficioso del aumento de dióxido de carbono en la atmósfera” pues el crecimiento de muchos de los ecosistemas del mundo está limitado debido a la escasez de agua.

Si llegan a ser eficientes en el uso del agua, las plantas podrán crecer, aumentando así la cubierta vegetal del ecosistema y restableciendo o generando un micro-ambiente a su alrededor, beneficiando de esta manera a los organismos asociados a ellas, y todo gracias a la adaptación de poder tomar más carbono de la atmósfera debido a sus elevados niveles.

Aún así, es importante disminuir las emisiones de contaminantes que terminan en la atmósfera, pues el exceso de CO2 no deja de ser preocupante para lograr un equilibrio entre la vida humana y la naturaleza.

Si bien el CO2 puede desencadenar el crecimiento de los bosques a corto plazo, un aumento constante de sus niveles puede afectar las condiciones climáticas del planeta a mediano o largo plazo, tales como generar un constante incremento de las temperaturas globales y acelerar cambios en los patrones de las lluvias, alterando el crecimiento no solo de plantas, sino de millones de organismos vivos en muchos ecosistemas de todo el mundo.

Silvio Sanchez Arango
Silvio Sanchez Arango

Fundador y director de Ecosiglos. Me motiva la Libertad, la búsqueda de la verdad y las noticias positivas. No creo que el desarrollo humano y el medio ambiente sean enemigos ni que el mundo esté tan mal como lo pintan.

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