Fracking: tendencia que divide

El modelo energético actual depende en un 90% de la energía no renovable, es decir,  aquella  que proviene de combustibles fósiles: petróleo, gas natural y carbón. A pesar de que estas fuentes de energía se agotan y generan contaminación, son aún la principal fuente de energía primaria en el mundo y la médula del desarrollo económico. El petróleo fue por mucho tiempo el eje de la energía mundial. Para 1974 representaba el 47,4% del comercio, según la International Energy Agency (IEA). Pero la capacidad de este recurso ha disminuido con los años y la producción global de crudo podría descender a 51 millones de barriles diarios (Mbd) en 2015, y a 27 (Mbd) en 2030, según esta misma agencia.

Mientras el codiciado “oro negro” pierde protagonismo, el mercado energético ha volcado sus ojos a la explotación de gas natural. De acuerdo con el informe BP Statistical Review of World Energy 2012, el comercio mundial de gas natural creció 4.0% durante el 2011 y su consumo aumentó un 2.2% respecto a 2010.  Esta tendencia seguirá debido a que las reservas probadas de este recurso fueron totalizadas en 7,361 billones de pies cúbicos (Bpc).

Sin duda, la combinación de técnicas de perforación horizontal y la fracturación hidráulica o fracking, han incrementado la capacidad de producción del recurso. De hecho, el 60% de los pozos de extracción en uso utilizan la fracturación para ampliar el volumen de destilación del gas del subsuelo, según la película de HBO GasLand.

Fracking: su principal ventaja es económica

Esta técnica consiste, primero, en perforar el suelo verticalmente hasta 5.000 metros y luego de manera horizontal 2 o 5 metros más. Después, se  introduce a presión agua con  arena (98%) y aditivos químicos (2%) en el suelo. De esta manera se provocan unas fracturas que permiten que el gas se libere y ascienda a través del tubo de producción. Cada pozo se divide en etapas y cada una de ellas se fractura entre diez o quince veces. Este procedimiento, altamente lucrativo, puede cambiar el mapa energético mundial. Estados Unidos es el país que más emplea el fracking y para el año 2015 será el mayor productor de gas.
Estrechamente ligado a un buen posicionamiento en el escenario internacional energético, un único argumento favorece esta técnica: el desarrollo económico. Su práctica les permite a los países productores obtener energía a un menor valor, estabilizar el precio del gas en el mercado mundial, reducir la dependencia energética y generar mayores niveles de empleo. En Estados Unidos, el fracking ha creado 600.000 puestos de trabajo directos y 1,8 millones de empleos indirectos.
Aunque sectores medioambientales han manifestado grandes daños ecológicos con esta  práctica, la Comisión Europea en su informe Statement on the use of hydraulic fracturing («fracking») in the European Union afirma que la generación eléctrica a partir de esta técnica reduce las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en un 41% en relación a las generadas por las centrales de carbón. Con igual pensamiento la AIE insiste en que el auge de la explotación de gas en Estados Unidos ha coincidido con un recorte de 450 millones de toneladas en las emisiones de CO2 en los últimos cinco años.

Debate medioambiental

Movimientos sociales e investigaciones de diferentes centros de pensamiento  afirman que este método de exploración y explotación es nocivo para el medio ambiente. Es más, está prohibido en países como Francia y Bulgaria. En Alemania, el estado de Renania del Norte-Westfalia, el más rico en este recurso, declaró una moratoria para el proyecto de ley que busca prohibirlo a nivel nacional. En España, algunas provincias como Cantabria están en el proceso de prohibir estas explotaciones. Los motivos son los siguientes:

  • Uso excesivo del recurso hídrico.  Se requieren entre 9.000 y 29.000 metros cúbicos de agua para las operaciones de fracturación de un solo pozo. La parte no recuperada de la mezcla, altamente toxica, permanece en el subsuelo donde podría llegar a los acuíferos.
  • Degradación del paisaje natural. Hay destrucción de todo el ecosistema que se encuentre en el terreno de la planta de extracción.
  • Contaminación. El suelo y el agua subterránea y superficial quedan con  residuos de metano, productos tóxicos y radioactivos que llegan a ser vertidos en los acuíferos y fuentes hídricas que alimentan los suministros públicos de agua potable.
  • En el aire quedan restos de benceno, tolueno, xileno, disulfuro de carbono y  metano por  el vapor y las fugas que salen de los «pozos de evaporación».
  • Provoca sismos. La modificación de las cualidades físicas produce movimientos telúricos. Se han registrado casos de movimiento de tierra en Estados Unidos y Holanda de 4 y 5 en la escala de Richter.
  • Emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Un estudio de la Universidad de Colorado, en Boulder, Estados Unidos, determinó que en el área conocida como la cuenca Denver-Julesburg las fugas son del 4%. El metano tiene una capacidad como gas de efecto invernadero 25 veces superior al dióxido de carbono
  • Daños a la salud humana.

 

Sudamérica abraza la fracturación hidráulica

Algunos países suramericanos tienen grandes esperanzas en este método de extracción. El Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y la Compañía Mexicana de Exploraciones S.A. de C.V (COMESA) firmaron en febrero de este año  un convenio de colaboración para la exploración de gas en los estados de  Coahuila y Veracruz y la construcción de redes de gasoductos. La meta es que a mediano y largo plazo la industria mexicana se asegure un abastecimiento de gas barato y limpio. “Quizá la exploración que estamos emprendiendo resulte tan prometedora como lo fueron los descubrimientos de los primeros mantos petroleros en la costa del Golfo de México”, afirmó el Secretario de Energía, Licenciado Pedro Joaquín Coldwell.
Mientras tanto, la presidenta Cristina Fernández inauguraba el primer pozo de exploración en la provincia argentina de Chubut para extraer gas con el sistema de fractura hidráulica diciendo: “Equipo de trabajo del pozo 914, comiencen la perforación”. Por su parte, Uruguay se declaraba un país libre de Fracking por ordenanza: la explotación de 368 mil millones de metros cúbicos de reservas de gas con los que cuenta el país deberán ser explotadas de manera tradicional.

En cambio Bolivia, de la mano de Argentina, firmará un acuerdo enfocado en el desarrollo de exploración y estudios sobre gas no convencional. La llegada del presidente de YPF a Argentina para firmar el  acuerdo con YPFB se espera a finales de este mes.

Escrito por Andrea Carreño para EcoSiglos.

Silvio Sanchez Arango
Silvio Sanchez Arango

Fundador y director de Ecosiglos. Me motiva la Libertad, la búsqueda de la verdad y las noticias positivas. No creo que el desarrollo humano y el medio ambiente sean enemigos ni que el mundo esté tan mal como lo pintan.

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